Emociones auténticas y rebusques

09.03.2024

Todas las emociones, cuando son auténticas, son positivas. Es por esto por lo que en psicología no se habla de emociones positivas o negativas sino de emociones agradables o desagradables. Una emoción puede ser positiva, aunque la vivamos como algo desagradable. Ejemplos de ello son el miedo, que nos activa para hacer frente a una amenaza o el enfado, el cual nos da la motivación para poner límites acerca de algo que no nos gusta.

El problema se da cuando lo que sentimos no es fruto de una emoción auténtica, sino de lo que el Análisis Transaccional llama "rebusque". Se denomina rebusque a una emoción o conducta inadecuada, patológica, fomentada por los padres o sustitutos en la infancia, que reemplaza a una emoción auténtica, no permitida, que no obtenía caricias o fue prohibida (English, 1792).

Como ejemplo de ello, os expongo a continuación situaciones que van cambiando con el paso del tiempo pero que aún perduran en nuestra sociedad. Culturalmente, los hombres no podían/pueden llorar. Han tenido y tienen una presión extra para no exteriorizar la tristeza y, como consecuencia, no aceptar que la sienten. Por otra parte, las mujeres no podían/pueden enfadarse y poner límites.

Teniendo en cuenta que las emociones, a nivel fisiológico, producen cambios en nuestra energía corporal (el enfado nos activa y la tristeza nos enlentece en cuerpo y mente), esa energía tiene que salir de alguna manera, las emociones necesitan expresarse. Es entonces cuando, si la emoción sentida no nos la permitimos, es posible que la cambiemos por otra y hagamos un rebusque.

Hombres que no lloran pero pegan puñetazos a la pared y mujeres que no se enfadan pero lloran una tristeza que no es auténtica. Una tristeza que se siente diferente, mucho más lastrante y arrolladora. Una tristeza parecida a un estado depresivo.

Hay múltiples orígenes de este suceso: una familia autoritaria en la que si mostrabas enfado suponía retar a la autoridad, familias que inhiben determinadas emociones y sirven de ejemplo inadecuado, hermanxs con diagnósticos con familias saturadas en las que no se expresa miedo por no preocuparles más, invalidación de emociones con frases como "eso es una tontería", ridiculización ante expresiones de amor y cariño…

Para trabajar de forma introspectiva con las emociones auténticas y rebusques, suelo mandar unos ejercicios para casa en los que se buscan los diferentes rebusques que podemos estar realizando sin darnos cuenta. Os dejo uno de ellos a continuación. Espero que os sirva.

Mónica Blasco.